Relato Editado



EL SHOW DE COKI EN RÍO CUARTO
vía @Mikabtwiter

Río Cuarto, 5 de abril de 2014, día gris, lluvioso


Cerca de las 22 horas

El Teatro Municipal de la Ciudad comenzaba a sentir
"Localidades Agotadas"
Era lo que se había dicho, y se empezaba a notar...
Por aquí, por allá, las filas para ingresar a la sala.

La expectativa de cómo será, cómo sonará, cómo se verá...

Teatro lleno... aún no, algunas butacas estaban esperando a sus espectadores para decir ¡Ahora sí! Empiece el show...

Telón bajo, teatro a oscuras, aplausos...

El público decide empezar el show...

Silencio... acordes de piano, y una voz, su voz...

"Cuando los sentimientos tomen el poder y dominen la mente, dominarán el universo entero" se escuchaba...

Se levanta el telón... ¡Aplausos espontáneos!

El teatro entero se dispone a dejar que sus sentimientos dominen la mente y ese día gris se transformaría en un día inolvidable en el cual íbamos a recorrer todos los colores, viviríamos todas las sensaciones...

Sale ella, como una escultura, elegante, con presencia...
Nos dieron ganas de volver a aplaudirla.
Y sí... ¡Aplausos tapando su canción!

Y esa voz dulce y potente. Difícil de describirla por cómo suena, porque no está dispuesta a terminar en nuestros oídos...

Su voz está hecha para llegar al corazón.

El teatro decía ¡Vale la pena estar acá!

Pero esto recién empezaba...

Faltaba un despliegue de energía, de baile, de sensualidad, coordinación, excelencia, espontaneidad...

La energía envolvía, abrazaba tomando el control de nuestro cuerpo, obligándonos a aplaudir, a ser parte. Otra vez, el teatro decía
¡Sí, vale la pena!

Aún faltaban palabras, actitudes, que nos "bajarían a tierra", a nuestra casa, nuestra vida, nuestra familia.

Nos convencía que quién estaba delante nuestro sobre el escenario, era alguien como vos, como yo, amando lo que hace y demostrando que ese amor se transmite, se siente, llega...

Nuevamente el teatro dice
¡Vale la pena!
pero aún faltaba...

Ahora entraba descalza,
como si estuviera despojada, sí...

Venía el momento donde lo valioso era el silencio,
unos acordes de piano y su voz...


Contemplar...


Comprender y ser testigos del enorme poder que tiene alguien cuando pone su alma al servicio de los demás....

Y ahí si el teatro dice
¡Definitivamente valió la pena!

Aplauden de pie para despedir a su artista, agradece, pero se resiste...


Falta...

falta algo...

valió la pena desde un principio... pero hay ganas de seguir

este teatro no quería apagar sus luces

no quería bajar el telón

antes de escuchar a "La Coki" cantando a cappella...

Y sí...

se dio...

y ya que estamos, hagamos otra...

¡Ahora sí!


Esa voz quedó grabada en cada rincón, en cada corazón,
y esa chica, se llevó los aplausos de un teatro que rebalsaba.

A su profesionalismo, su esfuerzo, su dedicación, su tenacidad, su integridad, su belleza, su talento, su luz, su corazón, su alma y su sonrisa, símbolo de su transparencia...

Porque resulta que este teatro aplaudía nada más ni nada menos que a esa chica, a esa cordobesa, a "La Coki"...

...como si fuera su amiga, deseándole lo mejor.


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